La energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según Naciones Unidas. Por esa razón, los países de la Unión Europea se han puesto en marcha para cumplir con los objetivos marcados en la agenda 2030 para lograr el desarrollo sostenible económico, social y medioambiental.
Según el Informe Anual 2021 de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ‘Energía Solar fotovoltaica. Oportunidad para la sostenibilidad’, en 2020 los estados miembros de la UE instalaron 18,2 GW de energía fotovoltaica, un aumento del 11% respecto a 2019. El mercado fotovoltaico europeo está en alza, pero, tras el primer boom solar en 2008-2012, hay pilares en los que se apoya este nuevo auge de la fotovoltaica como la reducción de costes del suelo, la posibilidad de que las empresas privadas puedan desarrollar instalaciones sin ayudas públicas, así como la flexibilidad y versatilidad de la tecnología fotovoltaica en multitud de aplicaciones.